Una anciana bióloga acompañada de sus jóvenes discípulos, una comunera, una niña, una agrónoma, un pintor, una periodista, un policía con un heterodoxo sentido del deber... Ellos son sólo algunos de los muchos héroes de una épica improbable que moviliza a las comunidades de la Sierra Mixteca para enfrentar los intereses conjuntos del crimen organizado, las empresas productoras de transgénicos y los políticos que gobiernan México. El objetivo: salvar las semillas nativas del maíz, y con ello contribuir a la sobrevivencia de la humanidad.

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La cultura del maíz se mantiene viva, se transforma y se reinventa cada vez que unas manos campesinas siembran, intercambian y cruzan las semillas que ha guardado durante generaciones... Por eso no basta con conservar congelados, en los bancos, los genes de las variedades locales de maíz. Es necesario mantener la libertad de las manos que construyen día tras día un modo de vida inquebrantable.